"PLÁCIDA LLUVIA TRAS LOS CRISTALES"


“LA GESTIÓN DE LA ENVIDIA”


CICLO “LA  2ª GAVETA”
COMENTARIO Nº 18-5ª TEMPORADA, 16  DE ENERO  DE 2014

Aquel día Mariano se levantó temprano hizo la maleta con ropa para dos días y se dirigió al metro de Moncloa. Tras un par de trasbordos llegó a la terminal T4 del aeropuerto. Sacó su billete del portafolios y se puso en la cola de facturación del avión que le llevaría a Washington  y le tocó en la fila 27 asiento F, desconocía que pasaría el vuelo entre un grupo de ruidosos estudiantes americanos de retorno de un viaje de estudios. Esas son las cosas de viajar en tarifa reducida. La aduana y el control de inmigración y agricultura los pasó rápidamente porque las autoridades USA le dieron tratamiento VIP. En un taxi, que tomó tras treinta minutos de espera en una cola, se dirigió al barato Hotel de dos estrellas que le había reservado la embajada. Por lo menos la habitación interior estaba limpia. Descansó y leyó los papeles preparatorios de la reunión de aquella tarde. El “príncipe de Zamunda” iba a ser recibido por el “Emperador”, cita a la que acudiría como un “revilla cualquiera” en un taxi amarillo conducido por un haitiano.
Esta es la crónica que envió desde la suite de su lujoso hotel el corresponsal del periódico que viajó en Gran Clase en el mismo avión que el tal Mariano. Esta es la crónica que complementaba con una rápida visión pesimista de eso que ahora se llama “Marca España” y que no es otra cosa que el prestigio del País. El populacho estará contento porque el Presidente ha viajado como uno más, solo han protestado algunos derechosos, de los de siempre, que entienden la democracia y el prestigio de otra manera.
A esto llamo yo la “Gestión de la Envidia”. La envidia crea malestar e incomodidad al principio, después lleva a la desesperanza  y el desorden. Estamos al borde. A todo se le agranda el aspecto negativo. Así no hay economía que prospere, la esperanza en mejorar es el primer pilar del crecimiento económico. En la Habana de 1960, expulsaron y expropiaron a los que ellos consideraban parásitos de la sociedad; en cada mansión entraron a vivir seis u ocho familias, el resultado hacinamiento. Todos contentos porque habían igualado a todos los ciudadanos por la parte baja, el Estado comunista prometía y prometía, la cosa no mejoró, al contrario empeoró pero el Gobierno seguía prometiendo y prometiendo. Resultado la actual Cuba en ruinas, la sociedad desestructurada. Han perdido cincuenta años, todos los cubanos siguen soñando con ser ricos. La condición humana. Gracias a su Gobierno hasta que huyen a Florida no saben lo que es trabajar y emprender. No quiero ese camino, no quiero que la envidia promueva protestas masivas. Alguien tiene que explicarle a la gente que ser ciudadanos es más que protestar y vivir del cuento. Alguien, la élite intelectual que nos falta, tiene que tomar el fuego de un futuro mejor y convencer a la gente que la gestión de la envidia y el descontento puede llevarnos al caos. Hacer demagogia es fácil, con destruir no es suficiente, hace falta un objetivo común y ese nos lo han hecho perder los polítiquillos y los vendedores de periódicos. Suya es la culpa.
Si usted fuera socio de una empresa y el gerente le hubiera hecho perder sus ahorros, todo fueran pérdidas, la empresa hubiera perdido cuota de mercado y además hubiera avalado con su casa y ahorros los créditos gastados para nada… ¿Lo volvería a nombrar gerente? Le quitaría los poderes y lo mandaría por lo menos al ostracismo. Eso nos ha pasado como país, hemos reelegido a los gestores, el vaivén de la puerta giratoria sigue funcionando. Ellos siguen viviendo como curas a su costa y sus hijos, los de usted, dejarán para siempre de ser clase media. La gestión de la envidia tiende a destruir el futuro y arruinar el presente, hay que evolucionar el sistema desde dentro y cambiar de gerentes acomodados. Hay que gestionar el conocimiento y la educación, es el único camino. Las soluciones utópicas, hijas naturales de la envidia, han fracasado todas.
El príncipe de Zamunda es un personaje de ficción y necesitamos personajes de carne y hueso que entiendan la cuestión. Estamos a un paso de ver en cualquier plaza o cementerio el siguiente epitafio. “Murió de envidia” y yo me niego.

Gracias por su atención,  sean sensatos y mediten antes de actuar engañados. Reciban un fuerte abrazo de su amigo,


En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 16 de Enero de 2014.

Postdata: La verdadera “desafección” es a toda la clase dirigente, la culpable de este pre-caos que se nos viene encima.

                                                                                 

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LA RECETA DEL ÉXITO

Capturado en la red:


 "Levantar el vuelo sobre lo vulgar con osadas iniciativas ó con labor abnegada 

es casi siempre correr hacia el abismo del desengaño, en el que solo la Luz de lo

 Alto puede hacer brotar rosas de sacrificio ó rosicleres de esperanza.

 Leopoldo Trenor Palavicino, 1913


“ORO, INCIENSO Y MIRRA”


CICLO “LA  2ª GAVETA”
COMENTARIO Nº 17-5ª TEMPORADA, 09  DE ENERO  DE 2014

Los tres Reyes Magos y la economía podría haber sido el título de este comentario. Tras unos días de turrón, oro e incienso es bueno reflexionar. Ahora resulta que lo de la paga extra de los funcionarios se ha convertido en un anticipo de caja, el politiqueo se vuelve a cruzar con el camino de las decisiones económicas, debe de ser la condición humana. En los últimos tiempos hemos aprendido que el crédito a las empresas y familias no es imprescindible, que hay otros mimbres como el sector exterior, el consumo turístico o esa sensación de “retorno al pasado” que se ha ido colando poco a poco, tan callando, en el inconsciente del consumidor. No se engañen, lo he dicho mil veces, el río parece el mismo pero el agua es distinta.
Cuatro buenos datos oportunos y bien hilvanados han convencido a la gente de que ya hemos doblado la esquina. Falso, hemos cambiado de camino el de ahora es distinto, menos asfaltado y más empinado. El nuevo capitalismo es otra cosa, no se trata de repetir burbujas, no se trata de repetir alegres despilfarros, lo que necesitamos es una nueva brújula y nuevos mapas, lo que de verdad necesitamos es un capitalismo decente con nuevos principios y ética. Querer salir “igual que antes de” es una mezquina interpretación de lo que hemos pasado. Aquí no hay “propósito de la enmienda” volveremos a pecar de lo mismo. Esa es la gran trampa de este destello de turrón, oro e incienso.
A la gente se nos ha convencido de que el lío de la crisis se ha terminado, que las medidas aplicadas han sido suficientes. Que la solución japonesa de dinero a borbotones dará resultados permanentes, yo creo que no que lo que será es atraer una nueva burbuja. El apalancamiento de los Estados no ha existido, al contrario, se ha convertido en estructural y permanente, en difícilmente aguantable. Las empresas y las familias van devolviendo a trancas y barrancas sus excesos crediticios anteriores .El apalancamiento financiero yo lo convertiría en pecado mortal y mandaba a reciclar en un campo de reeducación a la gran mayoría de los directores financieros actuales. La única rentabilidad admisible es la economía real, lo demás son especulaciones en el sentido más feo y despreciable de la palabra. La blandura de los Gobiernos ha mantenido con vida a los carroñeros sin alma del sistema. La avaricia de los unos y la estúpida coyunturalidad de los otros han convertido cuatro buenos datos en una pequeña orgía de turrón, oro y hasta de incienso quemado en honor de ya me dirán ustedes qué dioses menores.
Hemos gastado el poco oro que quedaba en nuestras cajas en futilidades. Ese poco de oro era nuestra caja de subsistencia, ya no queda casi ahorro de las familias, estamos en el nivel más bajo de la crisis; todavía nos quedan hipotecas que pagar, los sueldo no llegan más allá del día quince, esto va a ser muy largo, tan largo como cinco millones de parados. Ese oro podía ser necesario. Creo que en parte nos hemos comido el arroz que nos quedaba para plantar, ahora dependeremos más de los meteoros y vaivenes de las coyunturas.
Por eso los tres Reyes Magos, a los que se les supone conocimiento por magos y sabiduría en el gobierno por reyes, además de oro e incienso llevaron a niño la mirra, el regalo misterioso, susceptible de múltiples interpretaciones. ¿Para embalsamar qué? ¿Para fabricar qué? Los sabios no se ponen de acuerdo, hay múltiples interpretaciones. En este caso me quedo con aquella que dice que no solo de oro vive el hombre ni los dioses de incienso, que siempre va a quedar algo amargo que vivir; que hay que tenerlo previsto y ser precavidos en el gasto inútil. Si a estas alturas de la película todavía creemos en los pajaritos preñados no será porque no se lo he advertido.
La mirra significa algo, el camino no será de rosas, será como dijo Churchil un camino de sangre, sudor y lágrimas, será un camino como la vida misma, largo y sin final. En todas las religiones el Paraíso es post mortem. Por eso embalsamaban con mirra. Recuerde, recuerde que la mirra significa algo.
Gracias por su atención,  sean sensatos y pasen unas buenas y felices fiestas. Reciban un fuerte abrazo de su amigo,


En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 9 de Enero de 2014.

Postdata: Aunque no lo crea está más cerca de ser el próximo sin techo que el próximo ganador de la lotería. Estamos comprando todas las papeletas para que esto se convierta en un Estado fracasado porque fallido me parece mucho.


                                                                                 

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