“REALIDADES Y DEMAGOGIA”

REFLEXIONES EN EL CANTO ARRIBA,
REFLEXION 10, 19 DE MARZO DE 2015

En los pasados meses casi no he escrito. Unos cuantos los pasé mirando las cosas del Mundo. Muchos momentos recordando experiencias, vistas y vividas.
 Recuerdo haber estado en los suburbios de Dakar y Accra donde no hay alcantarillado ni calles, todo chabolas; recuerdo haber visitado favelas y ranchitos en Sao Paulo y Caracas, más de lo mismo; he visto regar campos de cebollas en Mali con cubos y botellas de agua usadas llevadas por niños y mujeres; he visto chabolas ocultas por un muro  vigilado por la policía en Dajkla, escondiendo trasterrados a la fuerza; he estado en barrios extramuros de Cartagena de Indias donde te tiene que rescatar el ejército; conozco hospitales donde el enfermo se tiene que llevar colchón, medicinas y comida; he visto muchas escuelas en barracones en ruinas; en muchos sitios niños descalzos y abandonados; he visto pueblos y poblados sin luz ni agua; he sido parado en carreteras por policías que buscaban propina a punta de fusil; he visto muchos caminos de tierra, mucha infra vivienda y mucha desesperanza. He visto cientos de personas, familias enteras, durmiendo directamente sobre el suelo en estaciones de tren en Agra y Delhi. He visto mucha pobreza. Hay mucho pobre en el Mundo.
Para la mayoría de esos pobres vivimos en el paraíso, vivimos en su utopía. La diferencia de renta entre los países centroamericanos y USA es veinte veces menor que la que existe entre El Sahel y Europa. Este parece un buen país para vivir.
Este país, España, es el país número veintinueve por población en el Mundo. Miremos otros datos: El decimo tercero en PIB, el 25 en Renta per cápita, el 27 en Desarrollo Humano, el 22 en Igualdad Social, el 49 en libertad económica, el 17 en nivel democrático, el 25 en ambiente de negocios, el 39 en competitividad global, podría seguir. Con esta muestra basta. En casi todo estamos por encima de nuestro tamaño poblacional. Dicho esto ¿Por qué estamos tan incómodos en este país? ¿Descontento o distopía?
Estamos pasando una depresión económica y sus consecuencias. Totalmente de acuerdo. Pero ojo, seguimos bastante bien en comparación con el resto del mundo. Antes de tirarlo todo por la borda conviene pensar y corregir el rumbo en donde sea necesario. Nunca he creído que destruir valga la pena. Hay que potenciar lo bueno que tengamos, hay que mejorar en lo que nos podamos pagar. Ya hemos visto que endeudarse para gastar lleva a la catástrofe. Para mejorar hay que pasar por el esfuerzo y pagar el tributo del tiempo. Nada es de hoy para mañana. Cuando hacemos una plaza alguien la paga: nosotros o ellos, y ellos pedirán un precio. Durante la etapa colonialista las empresas y países compraban voluntades, y hacía cuasi esclavos, por el camino del endeudamiento. Ese peligro sigue existiendo.
Todos hemos visto sociedades que han fracasado persiguiendo utopías. Los descamisados llevaron Argentina al fracaso, los chavistas bolivarianos están haciendo lo mismo con Venezuela, el castrismo ha puesto a Cuba donde está, el comunismo asiático se ha tenido que transformar en nuevo capitalismo a cambio de lo contrario que propugnaba: la igualdad social. Tiene que haber un camino intermedio. De ustedes depende, piensen, no se dejen engañar por cantos de sirena. Las sirenas y el unicornio son utopías.
Estamos en peligro. Un reciente informe a nivel europeo sitúa a los españoles como los ciudadanos que piensan que “el Estado debe tener la responsabilidad principal a la hora de asegurar que todos los ciudadanos puedan gozar de un nivel de vida digno”. Estamos a punto de entregar nuestro futuro a cualquier demagogo. Estamos abriendo puertas que luego la corriente nos impedirá cerrar. Viviremos en el fango.
Dicen que casi todos los españoles de mayor quisieran ser daneses ¿Estaría dispuesto a entregar el 55% de su renta para conseguirlo? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Para siempre? El veneno está enraizado, el peligro está ahí. Más de la mitad de los españoles piensa que “los ingresos deberían ser más equilibrados, aunque ello pueda significar que las personas que se esfuerzan poco ganen cantidades similares”. La línea que separa la realidad de la utopía se llama demagogia. No les extrañe el fenómeno Podemos. Estamos casi condenados. No hagan el Don Tancredo que sufrirán.

Desde el “Canto Arriba”,  a 18 de marzo de 2015, un saludo de:

 El Magóez  (http://magoez.blogspot.com/

"DISTOPÍA"

REFLEXIONES EN EL CANTO ARRIBA,
REFLEXION 9, 5 DE MARZO DE 2015

Han pasado nueve meses desde mi último escrito. Unos cuantos los pasé en las antípodas, mas allá de puerto escondido. De vez en cuando es preciso distanciarse y buscar nuevas perspectivas y realizar introspección creativa, rumiar ideas propias y ajenas.. Es el bosque donde vivimos, el que nos interesa, los árboles pueden ser mera anécdota y la maleza puro ruido.
No sabía el verdadero porqué de los gusanos y mariposas que sentía en el estómago y el alma. Algo iba mal, algo se me estaba escapando, algo no entendía. Entonces encontré la palabra: Distopía. La utopía perdida, la utopía fallida. Las viejas recetas ya no servían, ya no sirven ¿para qué las queremos entonces? El entorno y sus circunstancias han cambiado.
Las nuevas guerras ya no tienen localización territorial permanente. El nuevo terrorismo tiene territorios y hasta estados. Estamos sufriendo una hecatombe geopolítica. Tras el final de la guerra fría han aparecido nuevos agentes activos. El Mundo se está repartiendo de nuevo. La globalización no es un estadio es una nueva herramienta. La crisis no era crisis era una pre revolución. Las revoluciones no son instantáneas tienen su propio tempo.
El concepto de sociedad se ha tambaleado, la utopía tranquila se transforma en inseguridad permanente. Nacen nuevos conceptos: economía colaborativa, comercio justo, consumo de proximidad, financiación extra bancaria de proyectos, la solidaridad como moda de vida, monedas virtuales, trueque organizado y algunos otros. Hay que estar permanentemente buscando la mejor tarifa de teléfono, de internet, de electricidad, si te quedas quieto te arruinan. El orden establecido se tambalea. Es un momento de nuevos mesías, de ideas estrafalarias y de nuevas utopías ¡No se dejen engañar! El sentido común no ha entrado en crisis, de momento. Aunque con eso del márquetin emocional le pueden convencer de otra cosa.
Pongan pié a tierra y afronten los próximos meses con los oídos atentos y la mente clara. En esta metamorfosis inversa la mariposas pueden trocarse en gusanos. Han que ser muy pragmáticos porque las utopías no son más que eso utopías, sueños inalcanzables. El sol seguirá saliendo por el Naciente y seguirá poniéndose por Poniente, los vientos serán variables. La economía clásica ya no sirve. Ahora el Mundo tiene ocho mil millones de habitantes y los recursos ya no son infinitos. El pecado de nuestra pequeña sociedad fue pensar que esos recursos eran ilimitados. Somos los padres de los ninis y a ellos le transmitimos nuestra ceguera estratégica. Nuestro egoísmo ciego. Como siempre.
El neoliberalismo, el neosocialismo y la neocasta son absolutamente coyunturales. Pura demagogia oportunista. Todo esto pasa por nuestra propia estupidez y creernos las mentiras interesadas de los medios. El informador se ha convertido, por avaricia, en manipulador de la opinión pública, olvidando su sagrada función de informar para conocimiento y decisión personales. Las mariposas se me están convirtiendo en gusanos.
Perdimos el paraíso prestado, ahora, sufrimos de distopía. La distopía existe de cada uno de nosotros dependerá que sea benigna o crónica.

Desde el “Canto Arriba”,  a 5 de marzo de 2015, un saludo de


 El Magóez  (http://magoez.blogspot.com/